Además, se hizo un largo ejercicio de catarsis de los distintos dirigentes por el triunfo de Javier Milei y la derrota del PJ en las elecciones del domingo pasado.
Esas fueron las principales conclusiones de la reunión de la mesa chica cegetista, en su versión ampliada de unos 64 sindicatos, que se realizó en la sede de la UOCRA y que fue convocada para analizar el resultado electoral, aunque el tema dominante fue la reforma laboral, que acaparó la mayoría de los discursos, y también se avanzó con la organización del congreso del 5 de noviembre, en el estadio de Obras Sanitarias, donde se elegirá la nueva conducción que tendrá mandato hasta 2029.
Del encuentro participaron Gerardo Martínez, el anfitrión; Héctor Daer (Sanidad), Hugo Moyano (Camioneros), Armando Cavalieri (Comercio), Octavio Argüello (Camioneros), Felipe Carrillo (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Sergio Romero (UDA), Cristian Jerónimo (Vidrio), Jorge Sola (Seguros), Juan Carlos Schmid (Dragado y Baizamiento), Juan Pablo Brey (aeronavegantes), Amadeo Genta (municipales), Víctor Santa María (encargados de edificios), Maia Volcovinsky (judiciales), Omar Plaini (canillitas) y Guillermo Moser (Luz y Fuerza), entre otros, además de Alejandro Gramajo (UTEP) como invitado.
La sorpresa la dieron los dirigentes alineados con Luis Barrionuevo (gastronómicos) ya que no concurrió a la UOCRA ninguno de ese sector, como Carlos Acuña (estaciones de servicio), Argentino Geneiro (gastronómicos), Daniel Vila (Carga y Descarga) y Oscar Rojas (maestranza), entre otros, porque están en desacuerdo con la llegada de Cristian Jerónimo al triunvirato de la CGT, como proponen los independientes Gerardo Martínez, José Luis Lingeri y un bloque de unos 30 gremios. También se ausentaron Mario Calegari (UTA) y Omar Maturano (La Fraternidad), que apoyan la posición barrionuevista.
Sin embargo, asistieron representantes del sindicalismo kirchnerista que nunca participan de estas reuniones: Abel Furlán (UOM) y Mario Manrique (SMATA), quien renunció a la central obrera en octubre del año pasado.
Durante el debate, se analizaron distintas estrategias para resistir la reforma laboral del Gobierno, cuyo supuesto contenido está trascendiendo en diversos medios, aunque en la reunión se aclaró que muchas de esas propuestas “extremas” no son las se están consensuando en el Consejo de Mayo.
Ninguno de los dirigentes presentes planteó la posibilidad de abandonar el Consejo en disconformidad con las propuestas que se difundieron, que, según la CGT, responden a la interna que hay en el Gobierno entre el ala dura de Federico Sturzenegger y Luis Caputo y el sector moderado de Guillermo Francos y Julio Cordero.
De por sí, Martínez, que participa del Consejo de Mayo en nombre de la CGT, explicó a sus colegas que allí nunca se plantearon propuestas como la reducción de las indemnizaciones, los cambios en la jornada laboral y las vacaciones y la limitación de la ultraactividad de los convenios, tal como circuló en estos últimos días.
De todas formas, los dirigentes cegetistas coincidieron en llevar adelante un mix de alternativas para darle batalla al Gobierno si pretende concretar una reforma laboral no consensuada con el sindicalismo y otros sectores: contempla desde mantener las negociaciones en el Consejo de Mayo hasta que haya una conclusión conjunta mediante un proyecto de ley, en diciembre próximo, hasta la realización de un plan de lucha con paros y movilizaciones en caso de que se quieran imponer cambios que “afecten los derechos de los trabajadores”.
Además, se impulsará reuniones con los gobernadores y con los bloques legislativos en procura de rechazar una reforma laboral sin consenso y, a la vez, ir en busca de una propuesta acordada de “modernización laboral”.
“Si quieren reeditar el DNU 70, el repudio de la CGT será absoluto y daremos batalla también en la Justicia, donde frenamos varios decretos del Gobierno”, advirtió uno de los jefes sindicales, con el aval de sus colegas.
Aun así, se agotarán las instancias de negociación para atenuar “una reforma laboral perjudicial para los trabajadores”, algo en lo que coincidieron dirigentes sindicales del ala dialoguista y de la fracción dura.
La vocación negociadora de algunos sindicalistas ya se había confirmado 24 horas antes, cuando se produjo una reunión entre la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, y el secretario de Políticas Educativas de la CGT, Sergio Romero (UDA), en la que, según se informó oficialmente, “en la continuidad del dialogo se trataron cuestiones vinculadas a la educación, la seguridad social y los derechos de los trabajadores docentes”.
Más allá de la reforma laboral, en el encuentro de la UOCRA se acordaron detalles de la organización del congreso de la CGT: ya se aprobó el padrón de organizaciones que elegirán la nueva conducción (hay un total de 1200 congresales registrados) y, aunque nadie duda de que se mantendrá el esquema del triunvirato, todavía no se terminaron de definir los nombres.
Se mantendrían firmes las candidaturas de Cristian Jerónimo y Jorge Sola, mientras que el tercer lugar podría ser para Octavio Argüello (Camioneros) o Maia Volcovinsky (judiciales). No está claro si Barrionuevo y su sector se quedarán afuera de la nueva estructura o participará de las negociaciones finales, que tendrán lugar entre el lunes y martes próximos, a pocas horas de que comience el decisivo congreso de la CGT.
Fuente: Infobae

 
                 
        
        







